lunes, 24 de junio de 2013

Una historia enredada

Si bien yo tenía pareja en ese entonces y l@ amaba mucho, era una persona muy peculiar con problemas de contención de emociones y no poseía la cualidad de la paciencia y la de pensar antes de actuar. Un día durante mi segunda semana de trabajo mi superior quiso obligarme a hacer el amor contra mi voluntad a lo cual le dije que piense en su pareja e hijos. Tal fue mi problema en nuestro espacio de pareja que pensé ¿por que no? soy infeliz y por situaciones muy personales no puedo separarme haré una excepción para esa ocasión y me divertiré.

Así comencé mi relación de amantes. Nos enamoramos locamente pero ninguno podía dejar sus responsabilidades por lo cual no nos exigíamos nada pero necesitabamos el uno del otro. A los 9 meses finalizó esa relación y confesé a mi pareja que ya no la amaba. En realidad me di cuenta que si amo a mi ex-pareja pero es algo que siento que no funcionará. En nuestros 8 años como convivientes no ha cambiado su maltrato hacía mi persona y ahora es mucho peor. No me arrepiento de haber buscado un pedazo de felicidad y de amor que mi pareja no me daba, aunque sé que debí de haber roto esa relación hace mucho tiempo y buscar mi felicidad.

Ambas desean estar ahí para mí pero a la vez no quieren darme lo que necesito, compañía, comprensión, estima... no trato mal a nadie... sin embargo mi ex-pareja me trata como basura, aunque me visita todos los días a mi nuevo domicilio por que me extraña, y mi ex-amante me desea de regreso. Aunque el hijo de mi ex-amante descubrió lo que alguna vez tuvimos, conversó conmigo y enfrentó a su progenitor, mi amante me contacta todos los días.

Lo mejor de la historia es que su mejor amig@ de mi ex-amante, persona en la cual nunca me he interesado, me declaró sus intenciones de tener una relación como debe ser. Me di cuenta que era lo que necesitaba y buscaba.  No quiero se involucre ni involucrarl@. Sé que puedo enamorarme de esta persona. Me dijo que esperará a que yo esté bien, me apoya pero mantiene su distancia. La admiro, por su determinación y por su correcto accionar.

Aunque, ¿algo de esto realmente merece la pena?

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